La gripe aviar y el manejo de información en explotaciones avícolas
La llamada gripe aviar, llamada técnicamente la influenza aviar, cíclicamente acapara los titulares de los medios de comunicación que difunden noticias del sector avícola. El gran impacto económico que tiene sobre la cría de pollos de engorde o pollos parrillero, en toda su cadena productiva, desde las granjas de desarrollo o cría y levante, así como la cría de gallinas ponedoras (igualmente sobre toda su cadena productiva), hace que la sociedad en general se preocupe por el abastecimiento y la inocuidad de la carne de pollo y de los huevos para consumo, es decir, al existir una amenaza sobre la alimentación de la sociedad, la preocupación de esta enfermedad trasciende a los productores primarios y alcanza a la colectividad en general, y aún más, preocupa también a todo aquel que se preocupe por la vida silvestre, pues es una enfermedad que afecta a aves en general, indiferentemente que sean aves de cría o aves silvestres.
Adicionalmente, la gripe o influenza aviar es un tema de preocupación en la salud pública, puesto que aun cuando el virus circula entre aves, se han detectado casos de humanos que han sufrido la enfermedad. Por supuesto ante lo reciente del COVID y todo el impacto que se generó en toda actividad humana, la gripe aviar es un tema del cual se habla con preocupación prácticamente en todos los sectores de la sociedad.
La influenza aviar es una enfermedad altamente contagiosa causada por un virus, del cual se han identificado varias cepas tales como H1N1, H5N3, H5N8, nombres que hacen referencia a la forma de cada una de las dos proteínas que conforman la cápside proteica de dicho virus: la hemaglutinina y la neurominidasa, así un virus H1N1 tiene una proteína hemaglutinina del tipo I y una proteína neurominidasa del tipo I. En aves contagiadas, partículas virales (que son el inóculo) se elimina por las heces o en secreciones respiratorias, así se da la posibilidad de nuevos contagios para aves sanas por contacto directo con heces o secreciones respiratorias de aves contagiadas.
También, pueden darse contactos indirectos a través del agua en la que algún ave contagiada haya depositados sus heces, o sus secreciones respiratorias, y el agua sea consumida por un ave sana, algo similar ocurre con el alimento. Y debido a la resistencia del virus en el ambiente, especialmente a las bajas temperaturas, cualquier elemento que se mueva puede ser un foco de infección: por ejemplo, personal de granjas llevando partículas virales en su ropa desde un lote a otro (de allí la importancia de la desinfección previa de lo que se ingrese a una granja avícola).
Por muchas que sean las medidas de bioseguridad en una granja avícola, el contagio hacia aves sanas puede darse también por contacto con aves silvestres que portan el virus. El alto riesgo de contagio entre aves, así como la preocupación de brotes de influenza aviar con respecto a posibilidades de pandemia en humanos, hace que la principal medida que se toma cuando se identifica un ave contagiada en un lote de producción es la eliminación completa del lote, el sacrificio de todas esas aves, de tal manera de eliminar un foco grande de contagio.
Evidentemente, esta es una situación que afecta grandemente al productor, pues está eliminando lo que estaba esperando vender, aves sobre las cuales se ha gastado en alimentación, medicinas, vacunas y cría en general, y se genera la preocupación de tener una fuente de contagio en su granja. Es por esto, que es de vital importancia reconocer de forma temprana los indicadores de la circulación del virus dentro de un lote.
Entre los indicadores comúnmente utilizados para generar sospechas de la presencia de influenza aviar en un lote, se encuentran aumento súbito de mortalidad, decaimiento y falta de apetito, menor producción de huevos y/o huevos de cascara blanda o deforme, plumaje erizado, diarrea, hemorragias en piel y patas. Estas son señales que en producciones pequeñas pueden ser fácilmente visualizadas, y las acciones a tomar vendrán dadas muchas veces por la misma persona que hace las observaciones diarias, quien supervisa la producción la mayoría de las veces es la misma persona que toma las decisiones, así que ante la presencia de alguno de estas señales podrá llamar inmediatamente a algún veterinario que tendrá la capacidad de verificar si efectivamente esas señales identificadas son consecuencia de la circulación del virus dentro del lote, y así de esta manera la eliminación del lote será una decisión que se puede tomar unas pocas horas luego de la identificación de las señales, eliminándose así la fuente del brote en la granja y permitiendo la producción con normalidad del resto de los lotes.
Pero en grupos empresariales grandes, en los que la mayoría de las veces quien hace las observaciones diarias sobre los lotes no es la misma persona que toma las decisiones, donde muchas veces quien toma las decisiones no está presente en las instalaciones en que se encuentran los lotes de aves, donde puede fallar la comunicación entre la persona que identificó las señales de la presencia del virus, y la persona que toma decisiones, la eliminación de lotes o simplemente la llamada al veterinario, puede ocurrir de forma muy tardía con respecto al momento en que se identificaron las primeras señales. Esto puede causar que la eliminación de ese lote no sea oportuna, y que por tanto haya sido fuente de contagio en lotes adyacentes que estaban sanos, e incluso en granjas adyacentes que estaban sanas.
Así, la situación que pudo ser minimizada con la eliminación de un lote puede degenerar en toda una localidad con aves de cría que deben ser sacrificadas, con todo el impacto económico negativo que esto generará sobre el productor e incluso sobre la localidad. Es por esto, que es de gran importancia contar con las herramientas necesaria para lograr una detección temprana de este problema sanitario, y realmente esta idea se hace extensiva a todo problema sanitario y toda irregularidad que se dé en el proceso productivo: mientras más temprano sea detectado mayores serán las posibilidades de tomar las decisiones que permitan lidiar de manera exitosa con dicho problema, esta es la idea central en lo que se denominan alertas tempranas.
Cualquier App que lleve el control de producción bien sea de pollos de engorde, de gallinas reproductoras o ponedoras, debe ser capaz de generar alertas tempranas para cada lote de producción ante la presencia de señales que sugieran la presencia del virus de influenza aviar. Entre las tareas diarias de un encargado de un lote de producción, está contabilizar la cantidad de aves que mueren, bien sea un lote de engorde, lote de reproductoras o lote de ponedoras. También tiene que determinar el consumo diario de alimento. Ambos parámetros deben ser registrados, y en caso de que sea en una App con conexión a “la nube” permitirá que sea donde esté quien toma las decisiones pueda ver la situación de cada lote reportado, en tiempo real, sin necesidad que quien reporta la información tenga que comunicarse telefónicamente con quien toma las decisiones.
Ante la situación actual de la gripe aviar, las App deberían generar alertas tempranas de posibilidad de gripe aviar cuando en un lote se reporta tanto un incremento abrupto de la mortalidad, como una disminución del consumo de alimento, son dos parámetros que normalmente deben reportarse de forma diaria en cada lote de producción. En SofOS tenemos dentro de nuestra solución avícola el sistema de Alertas Tempranas, que puede ayudar a detectar a tiempo la situación y permitirá tomar las decisiones más adecuadas de manera totalmente oportuna. Si quieres conocer mas sobre el Sistema de Alerta Temprana comunícate con nosotros.
Por: Ing. Hernan Laurentin